Organicemos la huelga universitaria para ganar

Organicemos la huelga universitaria para ganar

Octubre 14, 2024 - 10:42

Por Agrupación Naranja

Promovamos las asambleas docentes, interclaustros e interfacultades. Vamos al Paro Activo con clases públicas, cortes, semaforazos y tomas. Sigamos en las calles docentes, no docentes y estudiantes.

 

Tras el veto de Milei, se profundizó la irrupción del movimiento estudiantil en todo el país. Nos encontramos con un nuevo escenario, con tomas en casi 30 universidades nacionales, en la que participan centros de estudiantes y federaciones que responden a decanos y rectores de todos los bloques patronales, todos coincidentes  en desviar la pelea hacia el presupuesto 2025

Docentes, no docentes y estudiantes ya hicimos una larga experiencia en 8 meses de plan de lucha y con las dos más grandes movilizaciones en la historia de la universidad. La respuesta del gobierno fue la rebaja salarial de 63,4 puntos porcentuales de los trabajadores y miserables becas de $35.000 para los estudiantes.

El veto a la ley de financiamiento universitario y su convalidación por la cámara de diputados fueron la gota que rebasó el vaso y que demuestra que sólo podemos confiar en nuestras propias fuerzas y organización. Ni en el gobierno de Milei, ni el parlamento impotente, ni en las burocracias sindicales y estudiantiles que con acciones aisladas son desorganizadores de la pelea.

La irrupción estudiantil se asienta sobre una larga preparación de asambleas, coordinaciones y acciones. Es la otra cara de los paros docentes y no docentes, las jornadas de lucha, las clases públicas. Su consigna de rechazo al veto está ligada a la defensa del salario docente, no docente y la necesidad de más y mayores becas, con la conciencia de que se trata de un requisito excluyente para la continuidad universitaria.

Mientras el gobierno Milei festejaba que la colaboración de macristas, radicales y peronistas le permitió hacer pasar el veto; la movilización estudiantil combativa señaló de inmediato cuál es la realidad que empieza a recorrer la Argentina desde abajo.

La tarea es organizar la huelga universitaria, continuar en las calles, con paros activos y tomas en unidad de acción con la salud, los científicos, los jubilados y todos los sectores populares que salen a la lucha.

 

Los paros aislados no son la respuesta

A pesar de los ataques arteros de Milei contra la universidad pública durante todos estos largos meses, el Consejo Interuniversitario de Rectores (CIN) y las burocracias sindicales hicieron esfuerzos denodados para intentar acercar posiciones con el gobierno y evitar una generalización de la lucha.

Así, lanzaron variantes que retacearon la movilización: paros aislados sin contenido ni norte, reuniones infructuosas, consultas a diputados. Ninguna de las dos marchas universitarias buscó ser continuada y profundizada.

Tras la conquista del aumento de los gastos de funcionamiento, considerado por muchos como la “paritaria de los rectores”, bajaron la confrontación y avalaron el inicio normal del segundo cuatrimestre -lo cual contribuía a desorganizar la pelea por salarios, las becas y los fondos para salud, investigación y extensión.

Su estrategia general consiste en “gestionar” el descontento por abajo, sirviéndose del mismo como prenda de cambio con el gobierno. El movimiento general queda subordinado a los acuerdos y votaciones en el parlamento. Esto a pesar de que los legisladores no solo nunca rindieron cuentas al movimiento además de que muchos se convirtieron en “héroes” y terminaron comiendo asado con Milei.

La estrategia parlamentaria fracasó estrepitosamente. Milei, con extorsiones y dádivas, logró romper los bloques y consumar su veto. De la tragedia pasamos a la farsa: son los mismos sectores que ahora plantean apuntar a “convencer” diputados hacia el tratamiento del presupuesto 2025. Un planteo ridículo ya que el gobierno volverá a utilizar el veto de los fondos destinados a la universidad, que en palabras de Milei solo tienen como beneficiarios  a los ricos y a la clase media alta. Afirma esto cuando el 48,5%de los estudiantes proviene de hogares pobres según el Indec y cuando el 85% de la docencia y el 60% de los no docentes cobran salarios debajo de la línea de pobreza

El presupuesto, por su parte, duplicará el monto destinado al pago de intereses de la deuda pública y a los servicios de inteligencia, y para ello prevé recortes aún mayores, que algunas estimaciones colocan en un 37% acumulado en universidad. Ni hablar de la negativa a utilizar las partidas que el propio FMI decidió condonar, sobre las que el infame Espert aclaró que no irán ni a educación ni a salud. Un número más: los 1.500 millones de dólares que se destinarán al vencimiento de bonos en enero alcanza a cubrir… ¡87 veces el presupuesto anual universitario!

La otra cara de la desmovilización y parlamentarización está dada por quienes vienen incubando una tesis interesada. Como este gobierno no da el brazo a torcer, lo que hay que preparar –sostienen- es el recambio hacia las elecciones de 2025 -otra idea que no nos llevó a buen puerto.

Tanto radicales y la centroderecha, que quieren esperar al inicio del año lectivo 2025, como los kirchneristas, peronistas y centroizquierdistas que ponen expectativas en el recambio legislativo de noviembre del año que viene, buscan cerrar el conflicto y desviar su fuerza hacia la disputa electoral. 

 

Paros activos para impulsar la huelga universitaria

Con la perspectiva de confluir con los estudiantes en lucha y sus tomas, es necesario ir hacia un esquema de paros de carácter activo, es decir, con clases públicas, jornadas de debate, acciones de visibilización, ruidazos y todas las medidas que contribuyan a favorecer el desenvolvimiento del conflicto, su extensión y la búsqueda activa de simpatías en cada barrio, ciudad y concentración popular y de trabajadores.

En esta coyuntura, los paros aislados -incluso si plantean el cierre de las unidades- conspiran contra esta perspectiva, y están siendo lanzados con la bendición de los rectores para desactivar las tomas. Saben que la irrupción estudiantil, con una perspectiva de huelga universitaria, combatirá tanto al gobierno como a sus cómplices en el interior de las universidades nacionales.

Con los paros y las tomas, unidos docentes, no docentes y estudiantes, por la defensa del salario y la universidad, pondremos en marcha a la totalidad de los trabajadores del país en una gran rebelión educativa nacional. Más que nunca es la universidad o Milei. La tenemos que seguir hasta ganar.

 

Agrupación Naranja de docentes e investigadores universitarios