La lucha por el aborto logró que sea ley
Por Natalia Fiori (Docente UNLu, activista y luchadora integrante de la Agrupación Nacional Naranja de Docentes e Investigadores Universitarios)
Durante la madrugada del día de hoy, las mujeres en Argentina conquistamos el aborto legal. Por 38 votos a favor, 29 en contra y unas abstención se trata de un triunfo que tiene un alcance histórico no sólo para nuestro país sino para el mundo entero. La marea verde logró este triunfo contra el clero reaccionario y el estado capitalista que ejerce un poderoso control social sobre los cuerpos de las mujeres trabajadoras para dominar las vidas del conjunto de la clase obrera.
La fuerza del movimiento de mujeres, que desde 2015 no dejó de movilizarse, llegó a impactar con fuerza a nivel internacional. En tiempos de pandemia, degradación y pauperizacion a los sectores populares, confiscación a los jubilados y al salario de los trabajadores este triunfo es doble: mostrar que las luchas masivas en las calles se ganan y se golpea a las instituciones -como la Iglesia Católica- que tienen como rol central regimentar la vida para asegurar politicas de ajuste fondomonetaristas. Ese es el método de la clase obrera y de las mujeres organizadas por un programa de emancipación social.
Al abrazar la causa del aborto legal la marea verde adoptó un programa contrario al levantado por los partidos gobernantes de nuestro país en toda su historia. Solo las organizaciones de la izquierda defendieron desde sus orígenes este programa y esta lucha. Por su parte, infinidad de mujeres con diferentes adhesiones políticas pugnaron por imponer este programa desde una identidad feminista a través de la cual le dieron impulso a innumerables actividades y proclamas desde hace más de 35 años. Por ejemplo, de los Encuentros Nacionales de Mujeres surgió el reagrupamiento de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto que comenzó reclamando modificaciones al artículo 86 del código penal para luego al finalizar el gobierno de Néstor Kirchner inscribirse en el camino del reclamo del Aborto Legal con un proyecto de ley cajoneado sistemáticamente hasta el 2018 donde había alcanzado la media sanción en diputados producto de una inmensa lucha popular, callejera y sistemática del movimiento de mujeres.
El triunfo del aborto legal impulsa la lucha por la separación de la iglesia del Estado. El gobierno de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner mantiene en pie enormes concesiones con la Iglesia Católica y lo más reaccionario de las evangélicas. La función política de estas iglesias se constata en las barriadas populares, donde mantienen una fuerte injerencia en la educación, la salud, el poder judicial realizando tareas de asistencia a las que el Estado renunció. De alli, que la lucha de las mujeres y diversidades sexuales se coloca como una tarea de primer orden en sacarse el yugo oscurantista para lograr la implementación efectiva del aborto legal en todas las provincias del país, por el acceso a anticonceptivos y educación sexual laica y científica.
El aborto legal no solo es un asunto de salud sino implica una profunda ruptura con uno de los resortes fundamentales para la regimentacion y control social a las mujeres en favor de intereses ajenos de las mayorías populares. Este triunfo clave será sin dudas un empujón para todas las reivindicaciones pendientes de las mujeres. A por ellas iremos.