Frente a la resolución del rectorado sobre la presencialidad, reclamamos condiciones de trabajo, sanitarias, salariales, de infraestructura
Por Agrupación Naranja UBA
La reciente resolución del Rectorado de la UBA de habilitar la vuelta la vuelta a la presencialidad se suma a las disposiciones de Trotta, Larreta y Kicillof. No hay grietas tampoco en esta cuestión.
Todavía estamos ante altas tasas de contagio y número de muertos, con una vacunación que si bien se aceleró, todavía no ha cubierto masivamente a la población –incluso a la más expuesta en sus lugares presenciales de trabajo–, y resta completar la segunda dosis de quienes recibieron la primera.
La situación edilicia en colegios y unidades académicas es la misma que antes de la pandemia. No hubo la más mínima inversión ni adecuación para poder garantizar los criterios básicos de un protocolo.
Queda claro que este llamado a la vuelta a la presencialidad no responde a condiciones epidemiológicas ni a la resolución de problemas de infraestructura. Tampoco a razones pedagógicas. Desde hace un año y medio, docentes de todos los niveles en la UBA desarrollamos nuestras actividades de manera remota, en condiciones de enorme precariedad, sobrecarga laboral, superposición con las tareas de cuidado de hijxs o mayores, sin reconocimiento alguno de los gastos por equipamiento y conectividad –salvo los $1000 que ya denunciamos por insuficientes– y con salarios que perdieron por lo menos veinte puntos frente a la inflación.
Esta insistencia en la presencialidad sin condiciones obedece al dictado del capital por la circulación de mercancías y trabajadorxs. La Agrupación Naranja defiende la presencialidad educativa contra todos los intentos de convertir la virtualidad –o la hibridez– no en una excepción sino en una regla de mayor precarización del trabajo docente y de mayor expulsión de estudiantes. Así lo denunciamos el año pasado y, ahora, cuando el ministro Trotta y los rectores terminaron de pergeñar el Plan de Virtualización de la Educación Superior.
Pero para la vuelta a la presencialidad hoy deben estar garantizadas las condiciones sanitarias y epidemiológicas, cumplido el plan de vacunación completo a la docencia de todos los niveles educativos y la de la población, la adecuación de edificios y aulas para garantizar las medidas más elementales de cuidado, el respeto a licencias y dispensas, el control de los protocolos por parte de las y los docentes en sus lugares de trabajo.
Llamamos a las y los docentes a deliberar en las escuelas y unidades académicas. A reclamar por condiciones tanto para la virtualidad –real reconocimiento de gastos, equipamiento, aumento salarial–, como para la presencialidad que acaba de resolver el Rectorado ad-referéndum del Consejo Superior, que sesiona de manera remota.
AGRUPACIÓN NARANJA DE LA UBA