El miércoles 21 y jueves 22 de abril todos al paro.
Docentes universitarios: por un gran paro y la profundización del plan de lucha
Por Javier Palma
Nuevamente la docencia universitaria va al paro. Esta semana será por 48 horas el 21 y 22 de abril. La medida impulsada por la Agrupación Naranja –que viene dando pelea por la construcción y organización de un plan de lucha general para enfrentar al ajuste salarial que se pretende imponer y al resto del combo de medidas antiobreras de las autoridades nacionales y universitarias– fue votada por el plenario de secretarios generales de la Conadu Histórica el 17 de abril. Al pliego de reivindicaciones ya conocido, que pone sobre la mesa las deplorables condiciones de vida y de trabajo actuales de la docencia universitaria, se suma la catástrofe económica y sanitaria y su administración por parte de los gobiernos nacionales y provinciales.
El salario como objetivo: del “digan 33” al “Ahora 8”
Si algo ha quedado en evidencia en estos primeros meses del 2021 es la confirmación de que el ajuste en los salarios (y en las jubilaciones) es el gran objetivo de la etapa y el gran problema macroeconómico del gobierno. Se acaba de conocer que el índice de inflación del mes de marzo fue 4,8% y esto hace que el primer trimestre del año tenga un acumulado del 13%. A pesar de estos datos tan contundentes, el gobierno de los Fernández se esfuerza en construir relatos.
En el caso de la oferta salarial para la docencia universitaria, el intento de construcción de una narrativa se ve reflejando en la mención únicamente de porcentajes totales. De ese modo, intentaron llegar a los titulares de los diarios planteando que el gobierno ofrecía a los docentes universitarios un 33 por ciento. En caso de haber sido esa la oferta real, un 33% ahora hubiera significado de todas formas un porcentaje por debajo de la inflación, dado que el Banco Central proyecta hasta diciembre una inflación del 48,1%, lo que implicaría un ajuste salarial de por lo menos un 15%.
En realidad, la oferta es otra y muchísimo peor. Son ocho cuotas con aumentos irrisorios, desglosados de la siguiente manera: 5% en abril, nada en mayo, 5% en junio, nada en julio, 4% en agosto, nada en septiembre, 2% en octubre, 4% en noviembre, 3% en diciembre, 6% en enero y 4% en febrero. Es decir que esperar 10 meses para poder hablar del porcentaje total mientras la inflación avanza. Ese es el “Ahora 8” que el gobierno ofrece a la docencia universitaria, una perversa forma invertida de los clásicos planes de cuotas para “mover un poco la economía” ya patentados por el kirchnerismo, que ahora como patronal pretende imponer para pagar los salarios.
Frente a la urgencia de recomposición de nuestros salarios, que lejos están de alcanzar siquiera la línea de pobreza, el gobierno deja claro que su objetivo es el contrario: mantenerlos bien debajo de esa línea. Luego de una pérdida que ya alcanza casi un 22% del total de nuestro salario en el período que va de octubre de 2019 a marzo del 2021; y, del 35%, si tomamos desde diciembre de 2015 hasta hoy. A eso, desde la Agrupación Naranja le oponemos: ningún docente bajo la línea de pobreza, cláusula gatillo para no perder con la inflación.
Presencialidad a como de lugar y virtualización precarizadora
A pesar de haber defendido frente a todas las cámaras y micrófonos que “las aulas no contagian”, el gobierno nacional tuvo que declarar la suspensión de la presencialidad por dos semanas desairando al abanderado de esa causa, el ministro Nicolás Trotta. Esta medida se toma con el sistema de salud al borde del colapso, con cifras récord de contagios y en plena escasez de vacunas. Larreta, a su turno, realizó toda una maniobra judicial para suspender el decreto y declarar la vuelta de las clases presenciales en CABA, que tuvo como respuesta un enorme paro convocado por Ademys y al cual se fueron sumando otros gremios. Desde la Agrupación Naranja nos solidarizamos plenamente con la docencia de CABA que lucha contra una presencialidad sin condiciones sanitarias y llamamos a hacer grande nuestro paro para que la lucha sea de todos.
La cuestión de la presencialidad en la docencia universitaria es diferente a la de otros sectores de la educación. En los colegios preuniversitarios la presencialidad es similar a la de los otros niveles, donde se combina la presión de algunos padres y la campaña de los medios, cosa que ejemplifica la decisión de la asamblea del CNBA y sus derivas. En el resto de las universidades la suspensión de las clases presenciales fue usada para imponer una virtualización forzada sin el reconocimiento de los gastos que corrieron por cuenta de docentes y estudiantes, sin respetar el Convenio Colectivo de Trabajo, anulando las dispensas, etc. Esto aumentó la precarización laboral a la vez que armó un fabuloso negocio para las autoridades universitarias (por el ahorro) y las grandes compañías de la telecomunicación. Seguimos firmes en nuestro reclamo del reconocimiento de gastos por la conectividad y provisión de equipamiento a docentes y estudiantes y el respeto total al Convenio Colectivo de Trabajo. Reclamamos, además, vacunación masiva para toda la población, liberación de las patentes que monopolizan las corporaciones farmacéuticas, la incautación de las vacunas del laboratorio de mAbxience de Garín completando su envasado y distribución en el país.
Hagamos enorme al paro del 21 y de abril
Sobran los motivos para que el paro sea enorme: el derrumbe salarial y el intento de agravarlo por parte del gobierno, la precarización de todas nuestras condiciones de trabajo y la intención de llevarlas más allá. Pongamos en pie un plan de lucha que enfrente estos ataques. Sigamos por el camino de la organización y el desarrollo de las luchas.
Vamos por que ningún docente esté bajo la línea de pobreza; por la cláusula gatillo para no perder con la inflación; por el pago de los gastos de conectividad y equipamiento; por el salario a los ad-honorem y adscriptos; por el pase a planta de los contratados y monotributistas; por el cumplimiento del CCT en todo el país; por la profundización del plan de lucha nacional de la Conadu Histórica. Vamos por un Congreso de toda la docencia para garantizarlo.