Asamblea General de AGD ratificó el no pago de la deuda, enfrentar virtualización forzosa y flexibilidad hacia los docentes
Por Antonio Rosselló y Santiago Gándara
El martes 26, se realizó una masiva asamblea general virtual de la AGD (Asociación Gremial Docente de la UBA), con más de 200 afiliados y en la que intervinieron unos 60 compañerxs. Se demostró la necesidad de profundizar las deliberaciones entre la docencia universitaria en todo el país como ya había sucedido en Luján, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Litoral, Tucumán y en asambleas previas de distintas unidades académicas. Esta Asamblea, por su masividad y resolución, demuestra la importancia de defender a la AGD independiente de las gestiones y gobiernos patronales y como herramienta de defensa de los derechos de lxs docentes de la UBA. Lo que resalta frente a la defección y la complicidad de los sindicatos y centrales que negocian a espaldas de sus trabajadores rebajas, suspensiones y despidos. La gremial docente reafirma por la voluntad de sus afiliadxs su tradición asamblearia y de clase.
El informe de Ileana Celotto, la secretaria general, abordó el cuadro sanitario, económico, social y humanitario que la pandemia ha agravado, enumeró las luchas de lxs trabajadorxs con los que la AGD se solidarizó virtual y presencialmente, destacó la necesidad de un programa para que la crisis no la paguemos los trabajadores sobre la base del no pago de la deuda y un impuesto progresivo a las grandes rentas y fortunas.
Tanto Celotto como lxs secretarixs generales de las distintas comisiones internas dieron cuenta de la intervención del sindicato ante la virtualización forzada aplicada por el Rectorado y la mayoría de las facultades que se ha descargado sobre las espaldas de las y los docentes hasta alterar profundamente sus condiciones laborales y salariales, su vida familiar, las tareas de cuidado de hijxs o mayores, la falta de equipamiento adecuado y muchas veces una mala conectividad.
El programa de rechazo a la virtualización impulsada por la Unesco y el CIN se justifica por la situación inmediata pero más estratégicamente por los intereses corporativos y del capital financiero en torno a la educación en línea. Es en sí mismo una enseñanza para todo el movimiento docente y va de la mano con el rechazo a la modificación del artículo 109 de la ley de educación que realizara la diputada del PO-FIT Romina Del Plá (afiliada de AGD).
Celotto recogió, en el programa sometido a la consideración de la asamblea, el reclamo por la apertura de la paritaria. El desconocimiento de la cláusula gatillo que se pactó entre el gobierno, los rectores y la burocracia sindical produjo una rebaja salarial superior al 5% que sumado a la inflación de estos meses llega al 8%. Se pronunció por el inmediata conformación de comités de crisis en la UBA y en cada facultad o unidad académica donde no se hayan establecido, por la aplicación del Convenio Colectivo de Trabajo, la defensa de los horarios de dictado de clase, la correspondencia de las tareas con el cargo y dedicación, la no obligatoriedad de trabajo para los docentes que siguen sin cobrar salario, el pago de los insumos del acompañamiento virtual y la exigencia sobre los nombramientos y renovaciones pendientes. La defensa del 82% y el 85% móvil para los jubilados es parte de este planteo cuando en el caso de los investigadores ya sufrió dos reducciones desde la sanción de la denominada ley de solidaridad con una quita del 7,6% de sus jubilaciones
Las votaciones ratificaron, con más de dos tercios de los votos, el programa que la AGD clasista viene sosteniendo en los comités de crisis y en sus debates, asambleas, reuniones abiertas y plenarios en todas las unidades académicas.
Los debates en la asamblea, la consolidación de un programa clasista
Los debates se iniciaron en torno a la situación de la militarización de las villas y la falta de atención de los reclamos de sus poblaciones por parte de todos los gobiernos. Los agrupamientos que forman parte del Frente de Todos –Patria Grande, PCR- se opusieron a denunciar la represión en las villas. La votación en contra de la militarización- denuncia que es también la del Encuentro Memoria Verdad y Justicia- y a favor de un plan de viviendas obtuvo más de un 80% de los votos mostrando la fuerte construcción a lo largo de 20 años de un polo de independencia política en la AGD.
En la misma línea se planteó que, así como lxs trabajadorxs que están en la primera línea –el personal sanitario-, los docentes, más allá de nuestras dificultades y problemas, debíamos ser solidarios aceptando la enseñanza virtual. Ese fue el planteo de Protagonismo y Lucha (PCR). Compañeros de la Naranja reconocieron la tarea esencial de estxs trabajadorxs y del resto de la clase obrera a quienes una cuarentena más flexible, que el gobierno de Fernández concede al empresariado, obliga a retornar a sus lugares de trabajo, pero que lo hacen sin la menor seguridad y protección ante la pandemia. De hecho, los niveles de contagio entre el personal sanitario figura entre los más altos del mundo. Nuestro señalamiento fue claro: el apoyo a estxs compañerxs no pasa por poner el hombro (la espalda) en este cuadro, como si se tratara de una gesta de unidad nacional, sino en acompañar sus luchas, en exigir la ruptura con el FMI, el no pago de la deuda y en apoyar la aplicación de un impuesto progresivo a las grandes fortunas y rentas. En otras palabras, en plantear y llevar a la práctica una política de independencia política y organización para el conjunto de lxs trabajadores ocupados y desocupados. La oposición al planteo del poner el hombro fue tan abrumadora que ni se tradujo en una moción a votar.
En línea con el apoyo al gobierno y dando la espalda a los estudiantes que por problemas económicos, técnicos o personales no puedan cursar en estas condiciones las agrupaciones del Frente de Todos, así como Razón y Revolución y el grupo de Altamira, votaron en contra, o se abstuvieron, de que se garantice la regularidad para todes les estudiantes.
Sin sorpresas para los docentes presentes en la Asamblea, Razón y Revolución y el grupo de Altamira cuestionaron la política de AGD contraria a la virtualización forzada y a la regularidad de los estudiantes. Sobre una furiosa defensa de la virtualización que no hace públicamente ni el propio ministro Trotta, planteaban la necesidad de un reglamento paralelo o sustituto del convenio colectivo sobre el trabajo virtual al tiempo que rechazaban la regularidad de los estudiantes y proponían la toma de exámenes virtuales. Con este planteo patronal –es el que imponen el CIN, el Rectorado y la mayoría de los decanos-, estos agrupamientos pretenden normalizar un cuatrimestre que es una farsa educativa. El planteo expulsa a la mitad de los estudiantes inscriptos en las materias que no pueden cursar por falta de equipamiento y problemas de conectividad. Agrava todavía más las condiciones de los docentes que denuncian masivamente el incremento de las horas de trabajo y las enormes complicaciones de la vida familiar. Ahora también tendrían que tomar obligadamente exámenes por zoom. Desconoce, además, hasta el hecho más elemental que denunciaron los secretarios generales de cada unidad académica: los campus con los que contamos… están colapsados.