No a la destrucción de la Ciencia y la Tecnología que pretenden el FMI, Macri y los gobernadores
Por Lucía Maffey de la Naranja de Ciencia y Técnica y Antonio Rosselló secretario de organización de la Conadu Histórica
El FMI es quien ha dictado el presupuesto de destrucción de la ciencia y la tecnología, la educación, la salud, las jubilaciones y las obras de infraestructura. Ha privilegiado el pago de la deuda pública, cuyo pago de servicios se ha duplicado en un año y ha pasado a ser el segundo rubro de gasto del presupuesto nacional, con $746 mil millones, lo que equivale al 18% del gasto total.
Como el gobierno de Macri cuenta con minoría de ambas cámaras, este presupuesto, al servicio de los acreedores externos e internos, sólo podrá ser aprobado si prestan acuerdo o abstenciones los miembros de la supuesta oposición, quienes aprobarán así, de hecho y de derecho, los dos stand by firmados por el gobierno en mayo y septiembre de este año, que han llevado a la devaluación del 120% y una inflación récord en un cuarto de siglo que superará el 45%.
Como venimos advirtiendo desde las Agrupaciones Naranja de Ciencia y Técnica y de Docentes Universitarios sólo con la complicidad de la oposición patronal, las burocracias sindicales y los gobernadores será posible que los dictados del Fondo cobren fuerza de ley.
Si bien partimos de la premisa de que este presupuesto, como los anteriores, es un dibujo –ya que fija el valor del dólar a $40 ($39 al día de la fecha)–, las letras y los números del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo nos da pautas de cómo influirá en el ajuste sobre los organismos de Ciencia y Técnica.
El monto asignado por Macri, Finocchiaro y Barañao para los organismos de ciencia y técnica es 16 veces menor que lo asignado al pago de la deuda. Ese es el lugar que le asigna el Gobierno a la producción de conocimiento frente a la usura del capital financiero.
El presupuesto asignado a la función crece sólo el 30,34%, lo que implica frente a la inflación un ajuste de más de 15 puntos. El presupuesto se incrementa de $30.490 millones a $46.259 millones
Del total del gasto asignado directamente a organismos de ciencia y técnica, el gasto destinado a salarios de investigadores, técnicos, personal de apoyo, becarios y autoridades sigue en su media histórica: representa el 75% del gasto total. La defensa de los puestos de trabajo de los trabajadores de los organismos de ciencia y técnica es la primera línea del presupuesto. Los despidos en el INTI, en el INTA, de los precarizados del CONICET lo demuestran.
A esto debemos sumarle la caída del poder adquisitivo del salario que en el caso de los becarios/as doctorales los ha llevado, literalmente, bajo la línea de pobreza: $21.000 en negro. Como durante este año el salario se incrementará menos del 20%, la reducción real frente a la inflación será de casi 25 puntos. Esto ha implicado el éxodo de cientos de jóvenes invetigadores/as formados que emigran por la falta de perspectivas laborales en nuestro país.
Los trabajadores de la ciencia y la tecnología son la principal variable de ajuste de Macri, el FMI y los rectores. Eso convalidaron con su firma, su silencio y su inacción las burocracias sindicales y el propio directorio del organismo.
La situación es literalmente catastrófica en lo que hace a la inversión real directa de capital que tiene un incremento nominal de 5,5%! Una caída real de 40%!!. Es claro que se desinvierte en ciencia y los recursos se destinan a los usureros y los subsidios a los capitalistas El monto pasa de $3.559 millones en 2018 a $3.798 millones en 2019.
Dentro de los organismos de Ciencia y Tecnología, el que tiene una menor reducción es el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Las razones por las que el presupuesto de ese organismo no puede ser ajustado, bajando la cantidad de personal, es la determinación de los trabajadores, especialmente de los becarios, que a través de JCP y su acción directa y tomas del ex ministerio bloquearon una y otra vez los despidos.
En estos años la planta de investigadores del CONICET se limitó a crecer a una tasa anual de entre el 2,5% y 4%, frente al 10% previsto en el Plan Argentina Innovadora 2020. Para fines del año 2015, el presupuesto del CONICET ya estaba asignado, en gran medida, al pago de sueldos. Desde entonces el gasto de CONICET sumó una jerarquización anunciada el 30/11/2015 y al menos 1.000 investigadores netos, descontando bajas.
En términos reales el presupuesto del CONICET igualmente cayó. Esto sólo puede realizarse mediante un ajuste en los gastos de funcionamiento y una pérdida salarial.
En el resto de los organismos el ajuste se implementó despidiendo contratados, como en el INTI, a pesar de una tenaz lucha que continúa aún.
En la CNEA y CONAE el ajuste se realiza suspendiendo programas y con pérdida salarial. En el caso de la CNEA, el proyecto de Presupuesto 2019 le reasigna parte de lo recortado en años anteriores. Destacamos los $1.157 M destinados a continuar con la construcción del Reactor RA-10, cuya obra civil está en manos de la empresa Caputo Construcciones y Servicios.
También se asignan $3.000 M a Obligaciones del Tesoro Nacional, sin ninguna especificación por lo tanto es dudoso el uso real que tendrán estos fondos en 2019 y el ajuste podría ser todavía mayor.
La reducción en las partidas del ex MinCyT para el año 2019 se divide en una caída del 66,1% en los fondos del propio ex Ministerio y una baja del 52,2% en los de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT), conocida en la comunidad científica como la “Agencia”. La ANPCyT es hoy la principal, y casi única, fuente de financiamiento para los proyectos de investigación.
Esta reducción en pesos en el financiamiento de la ANPCyT, que no tiene en cuenta el efecto adicional que ha tenido la devaluación en la compra de insumos y equipos, condena prácticamente a la extinción de ramas enteras de investigación.
Entre las promesas de campaña, el Presidente Macri había anunciado que la “inversión en Ciencia y Tecnología” se elevaría del 0,65% del PIB que tenía en el año 2015 al 1,5% del PIB, pero para el Presupuesto 2019 este número bajará a 0,58% del PIB, un porcentaje similar al que tenía Argentina en el año 2005. Volver a un financiamiento del sistema científico similar al del año 2005 es un enorme retroceso y un gran perjuicio, porque desde esa fecha a la actualidad, la cantidad de científicos y tecnólogos del sistema se incrementó en más de 33.000 personas según el propio MinCyT. Asignar menos recursos a una comunidad mayor limitará seriamente las posibilidades de seguir trabajando en CyT y estimulará la “fuga de cerebros”.
El proyecto de presupuesto no contempla un solo peso para implementar el Convenio Colectivo que los trabajadores/as reclaman desde hace años. Es decir: ni un solo peso para poner en blanco a los más de 10 mil compañeros y compañeras becarios, monotributistas y contratados bajo artículo 9, es decir, para terminar con el trabajo precario y poner en funcionamiento el Convenio Colectivo sectorial. Este salario y este presupuesto, además, ponen en crisis a todo el sistema de obras sociales que no pueden sostenerse ante el aumento de los costos, ya que el único aporte lo constituye el salario de los trabajadores de la ciencia y técnica
Por todo ello, rechazamos el proyecto de presupuesto del FMI y Macri, denunciamos el carácter estratégico del desmantelamiento de la CyT por su carácter colonial y antiobrero. Exigimos un salario igual a la canasta familiar, duplicación de la planta, obras de infraestructura de acuerdo con las necesidades de los procesos de investigación y extensión.
Contacto:
Antonio Rosselló (sec. org. Conadu Histórica): 1169053406
Lucía Maffey (Agr. naranja de Ciencia y Técnica): 1157532927