7 de octubre Congreso de CONADU La Naranja llama a un plan de lucha nacional de toda la docencia universitaria
Aporte de la Agrupación Naranja a un balance de ADULP
El último Plenario de Delegados volvió a mostrar dos estrategias divergentes en nuestro gremio.
La conducción –que vacío el plenario al que no concurrieron la mayoría de sus delegados- se empeñó en rebajar el impacto del paro del 4/10, y de esa forma justificar su negativa a profundizar las medidas (paro de 48 hs. en concordancia con el de la CONADU H, como mocionaron los delegados de La Magenta, y algunos independientes). La “evaluación” de las medidas se manipula a discreción para justificar la inacción.
El acatamiento del paro fue muy importante. Más aún teniendo en cuenta que se convocó sin debate previo, luego de no sumarse el 27/9 cuando paró toda la docencia. La Asamblea convocada para discutirlo fue el viernes anterior al martes del paro. Las resoluciones de la Asamblea sólo se publicaron en el facebook. No se enviaron por mail, el medio que llega en forma más directa a todos los afiliados. No se usó el Boletín Gremial, que sin embargo se utiliza hasta el cansancio para propagandizar acciones y defender posiciones del kirchnerismo. En suma la conducción utilizó el método de la profecía autocumplida: dejó pasar la oportunidad de confluir con todos los docentes el 27, convocó sin debate y de apuro, no se empeñó en las reuniones y asambleas del lunes (que fueron impuestas por La Magenta), y luego utilizó la supuesta “flojedad” de la medida para resolver no hacer nada hacia adelante.
A esto hay que sumar que se desperdiciaron dos meses enteros (agosto y septiembre) sin convocar absolutamente a nada, cuando era por todos sabido que la respuesta del gobierno iba a ser negativa. Los funcionarios de Macri se han cansado de repetir que no están dispuestos a reabrir las paritarias.
Ahora –cuando estamos sobre el filo del año lectivo- se propone, en contraposición al paro, “hacer acciones” (¿cuáles? No se dice), “concientizar a los docentes”, u otro tipo de planteos que son la cantinela repetida desde que existe nuestro gremio cuando no hay voluntad de ir a la lucha. Lo concreto es que las “acciones”, la “concientización”, sólo se producen cuando hay una medida de fuerza que irrumpe y rompe la “rutina” de los docentes y los estudiantes sacudiendo, en el buen sentido, las conciencias al colocar en debate la propia medida y su organización. El argumento inverso (el paro fue flojo) es un intento de descargar en los docentes la responsabilidad de la dirección, que dilató su convocatoria, convocó asamblea dos días antes, y a regañadientes aceptó hacer asambleas por dependencia el lunes (las que no garantizó).
La política de la dirección de ADULP está dictada por el “volveremos”. Por eso ha convertido a nuestro gremio en una “Unidad Básica” del kirchnerismo. Lo cual además tiene el impacto negativo de alejar a los docentes que no comulgan con ese alineamiento político, y debilita por lo tanto al gremio. El “volveremos” implica una política de protesta y desgaste del gobierno de Macri, pero sin el objetivo de que las luchas triunfen. No tiene como objetivo conquistar la reapertura de la paritaria, sino utilizar ese reclamo (y el del presupuesto) como argumento para golpear al gobierno en el terreno de la propaganda. Una política para conquistar la reapertura de las paritarias implica la intervención colectiva y organizada de los trabajadores, la cual sólo es posible con un plan de lucha, con paros progresivos que impulsen esa participación masiva en asambleas y actividades de todo tipo. Las actividades más creativas que vivió alguna vez ADULP se dieron en el año 2001 en medio de la huelga de 40 días contra el descuento salarial de De La Rúa, con asambleas masivas todas las semanas. Las acciones de aparato y aparatosas sólo buscan aislar a la masa de los docentes, restarle protagonismo. Otra vez el propósito es la propaganda en función del “volveremos”, la utilización para otros fines de nuestra lucha y reclamos.
Del Plenario nos fuimos con las manos vacías. Promesas de acciones que nadie precisa. Una marcha educativa para “cerrar el año” (si se concreta). Pero los docentes y los trabajadores no tenemos que cerrar el año, tenemos que abrirle paso a la transformación del descontento en medidas de acción AHORA. Lo otro es la política de la CGT: posterga toda acción para garantizarle a Macri la gobernabilidad del ajuste.
Los trabajadores no tenemos que cerrar nada porque los ataques contra el salario, la educación y las condiciones de vida en general están abiertamente planteados, de lo cual la enorme mayoría es consciente. No se trata de “concientizar”, se trata de tomar decisiones de acción porque para eso nos organizamos en un gremio. El gremio tiene que anticiparse a los problemas, acicatear la respuesta, y no quedarse a la expectativa de que las condiciones para un plan de lucha maduren solas. Quién actúa de esa manera juega un papel de freno y retraso en la consecuencia concreta de la conciencia de los problemas: actuar para resolverlos.
Nos fuimos del Plenario sin plan de lucha, pero el paro del 4/10 y la marcha al rectorado constataron una vez más, con los límites que le pusieron los convocantes, que la base para apoyarse y enfrentar el ajuste está presente.
Los docentes provinciales, los médicos, los judiciales, los bancarios, los estatales, y más temprano que tarde el conjunto del movimiento obrero pasará por arriba de la parálisis burocrática. Es inexorable este proceso porque de ello dependen las condiciones de vida más elementales.
En la Universidad no sólo enfrentamos un recorte salarial del 15%, sino un recorte presupuestario con consecuencias muy profundas. Un recorte que agrava una situación que ya de por si es grave.
Llamamos a debatir en asambleas y reuniones cómo le abrimos paso a un plan de lucha más necesario que nunca; cómo impulsamos acciones en la UNLP en consonancia con el paro de 48 hs. de la CONADU H. Todas las medidas de acción que fomenten la participación activa de los docentes por la reapertura de las paritarias y el aumento del presupuesto en términos reales.