MATANZA
Universidad de La Matanza: Reincorporación de todos los despidos
Por Sofia Corvalán y Mariano Hermida
En UNLam acaban de descabezar a toda la comisión directiva de un gremio con el objetivo de amedrentar a todo aquel que busque organizarse y reclamar por sus derechos. El viernes 30 de diciembre de 2016, una veintena docentes de la carrera de medicina de Universidad Nacional de La Matanza recibieron un mail donde se los notificaba del despido. Se trata de 15 miembros de la dirección del Sindicato (SIDUNLaM) y otros 4 afiliados docentes. El miércoles 4 de enero se produjeron 3 despidos más.
Esta oleada de despidos se suma a las de un conflicto que viene profundizándose desde 2015, cuando autoridades de la Universidad –en complicidad con la Municipalidad de La Matanza, el sindicato ADUNLaM y el Centro de Estudiantes dirigido por la Liga Federal Universitaria (PJ-FpV)– comenzaron con el desplazamiento de algunos profesionales responsables de cátedras como parte de una lucha entre el rector Daniel Martínez, del PJ, y el ex viceministro de Salud de la Nación, Mario Rovere, militante ultra k y director del departamento de medicina de la UNLAM.
De esta manera, se sentaron las bases para una “limpieza” de docentes que pagarán el pato del enfrentamiento entre las camarillas pejotistas en disputa.
Durante el primer año del gobierno de Macri, el rectorado hizo efectivo, con el expreso aval de Esteban Bullrich, el mantenimiento del ingreso a la carrera de Medicina en contra de la ley y con la complicidad de la Justicia. Junto a esta política antieducativa, el rectorado ejecutó cientos de despidos en diferentes sectores, entre los que se encuentran trabajadores precarizados de los planes “Argentina Trabaja” y “Ellas Hacen”.
Los docentes buscaron organizarse en SIDUNLaM para hacer frente a las constantes amenazas y presiones por parte del rector Martínez y del Secretario Académico, Gustavo Duek. En marzo del 2016, realizaron un paro y se sumaron a las aisladas medidas convocadas por la CONADU-Yasky, a la que pertenecen.
Ante los recientes despidos se realizó una asamblea, que se desarrolló el lunes 2, de la que participaron más de 100 personas junto a agrupaciones, estudiantes y sindicatos que se solidarizaron con el conflicto. Se decidió participar del abrazo del 3 de enero en el Ministerio de Educación y llamar a una nueva asamblea el 30 de enero, antes del comienzo de las actividades en la universidad.
Un sector de la asamblea propuso cortar la ruta nacional N° 3 y realizar una radio abierta en el centro neurálgico del distrito, con la intención de visibilizar el conflicto hasta tanto se reanuden las clases. Sin embargo, la mayoría de la directiva de SIDUNLaM atacó a quienes propusieron estas medidas y no las sometió a votación. Finalmente se votó una declaración de estado de asamblea permanente.
Con los despidos realizados el miércoles queda claro que el rectorado está dispuesto a ir a fondo contra la organización de los docentes y avanzar hacia un ajuste mayor si no se organiza de inmediato un plan de lucha que ponga en pie a la docencia universitaria.
Hagamos como el Conicet
El problema es que las direcciones kirchneristas tanto del Sidunlam (de la que participa Patria Grande) como de Conadu-Yasky son incapaces de enfrentar los despidos de los trabajadores como de los propios dirigentes sindicales como lo demuestran Ctera y Ate ante los 3000 despidos en el Ministerio de Educación.
Los Jóvenes Científicos Precarizados del CONICET vienen de imponerle al gobierno la continuidad de más de 500 puestos de trabajo, luego de realizar asambleas, piquetes, movilizaciones y hasta cinco días de toma del lugar de trabajo. Los docentes de SIDUNLaM deben tomar nota de esta enseñanza: cuando se organiza un plan de lucha, se involucra al conjunto de los compañeros y se lleva delante de manera consecuente junto al resto de las organizaciones de lucha, se le puede poner un freno al ajuste.
Vamos por un plan de lucha hasta lograr la reincorporación de todos los compañeros.