Balance de las elecciones en el gremio universitario cordobés
Adiuc: se consolida una alternativa para enfrentar la reforma educativa
Por Cintia Frencia
El pasado 2 de noviembre tuvo lugar la elección del gremio de Docentes e Investigadores de la UNC -Adiuc, donde se enfrentaron abiertamente dos políticas. Por un gremio independiente, participativo y de lucha, el Frente Docentes en Lucha puso en pie la lista Fucsia y Blanca, encabezada por Tomás Torres -docente del Manuel Belgrano-, e integrada mayoritariamente por docentes preuniversitarios; con la participación de activistas de Ciencias Sociales, Filosofía, Medicina, Arquitectura, Ciencias Económicas y Odontología.
Con una importante elección en las facultades de Medicina y Ciencias Sociales, y el triunfo en la Escuela Manuel Belgrano, la Fucsia y Blanca obtuvo el 25% de los votos contra la oficialista Lista Naranja, logrando la conquista de dos vocalías y un delegado congresal en Conadu.
La lista Fucsia y Blanca, desde su composición hasta su programa, concentró la experiencia de lucha de la docencia universitaria. Reivindicó el método de los docentes preuniversitarios, quienes, mediante la organización en asamblea y la acción directa, fueron punta de lanza de los más importantes plantes de lucha por el salario y la carrera docente, logrando recientemente la titularización de los docentes interinos. Su programa en defensa del salario y por el ingreso irrestricto de los más de 4.000 interinos a carrera docente, contra el trabajo gratuito de docentes ad honorem, como así también, en rechazo al desfinanciamiento de la Ciencia y Técnica, y en defensa de la obra social (DASPU), se opuso por el vértice a la Lista Naranja.
Armada desde las camarillas kirchneristas, la Naranja contó con el respaldo del rectorado macrista de Hugo Juri. No es de extrañar puesto que esta lista expresa la continuidad de una política de postración y parálisis ante el ajuste del gobierno nacional. Con Pablo Carro como secretario general, el gremio fue vaciado de espacios de deliberación y organización, sentando las bases para la entrega del salario, con paritarias a 18 meses y por debajo de la inflación. Fue la misma conducción que, tras postergar durante cuatro años la implementación del convenio colectivo de trabajo local, negoció la reglamentación del art. 73 con el Rectorado, colocando el ingreso a Carrera Docente de los interinos al arbitrio discrecional de las autoridades universitarias.
Los recientes anuncios del presidente Macri anticipan un ataque en regla a la universidad. El desguace de la obra social y la liquidación del sistema previsional serán dos ejes fundamentales sobre los que se asiente la profundización de la precarización laboral y el recorte presupuestario. Ante una docencia que protagonizó a principio de año dos enormes marchas educativas y un sostenido plan de lucha a nivel nacional, que en Córdoba tiene su expresión en el activismo del Manuel Belgrano, el gobierno y el Rectorado requieren de un gremio capaz de desmovilizar, e infringirle así una derrota histórica a la docencia. Es en este cuadro que debe leerse la modificación del estatuto del gremio, impulsada por la Naranja, que eliminó a las minorías de la Junta Ejecutiva.
El 25% de la lista Fucsia y Blanca consolidó una alternativa entre los docentes universitarios, capaz de impulsar un plan de acción ante la reforma educativa y laboral. Si bien porcentualmente el resultado expresa una reducción en relación al 30% obtenido en 2014, mantiene la cantidad de votos logrados en dicha ocasión. El escaso avance de la Lista Naranja se concentró fundamentalmente en las facultades dominadas por las camarillas kirchneristas (FAMAF, Filosofía y Artes), y una significativa elección en el Manuel Belgrano. Este último resultado debe ser analizado a la luz de una política sistemática de las autoridades universitarias contra la asamblea del Manuel Belgrano (fallo judicial contra la asamblea, ataque mediático y político a la huelga sostenida por los preuniversitarios), y una intervención activa del gremio para encausar los reclamos y la acción de la asamblea en los canales burocráticos de la negociación.
La campaña del Frente Docentes en Lucha no sólo trazó una perspectiva para la etapa que se abre, sino que reforzó el desarrollo de una agrupación independiente de las camarillas, con fuerte presencia entre los preuniversitarios, pero ganando en desarrollo en unidades académicas masivas como Medicina, Sociales, Odontología o Arquitectura. Con esta base, es necesario encarar la lucha contra las reformas macristas, organizando cada unidad académica en torno a la defensa del salario y contra el impuesto a las ganancias, para terminar con el trabajo precario y ad honorem, por el desarrollo de una verdadera carrera docente, y en defensa de la DASPU (obra social universitaria) y las jubilaciones. Impulsemos la organización de un plan de acción en reuniones y asambleas, y avancemos en la recuperación de los cuerpos de delegados y las asambleas de base.