El PTS contra las asambleas docentes
Por Cristian Henkel
El tono faccional y conspirativo del balance del diario virtual del PTS sobre la gran lucha de los docentes universitarios tiene por único objetivo atacar a la conducción de la Conadu Histórica y de la AGD, paradójicamente las responsables de impulsar el plan de lucha más importante de la última década en la universidad.
El faccionalismo es grave porque proviene de una corriente que no participó activamente del conflicto. No sacó una sola declaración ni volante a lo largo de más de dos meses de plan de lucha y ocultó en su prensa virtual, como los grandes medios, durante más de un mes el plan de lucha de la Conadu Histórica; para luego intentar diluirlo equiparándolo con las medidas aisladas de las federaciones burocráticas.
Para su maniobra faccional, el PTS debe mentir en los porcentuales alcanzados, haciendo erróneas anualizaciones, que omiten la mínima mención al conjunto de adicionales (títulos, jerarquización, escala salarial, Fonid, garantía salarial) que conquistó la lucha. El dato es fundamental, porque estos establecen un piso de 17.000 pesos para el salario exclusivo y 8.500 para la media jornada, lo que representa toda una conquista política.
No hace falta de los opinólogos del PTS para saber que el aumento está por detrás de la inflación, todas las paritarias lo estarán (incluso las de bancarios y aceiteros) de no ser que logremos derrotar la tregua de la burocracia sindical de las centrales obreras y conquistar un paro nacional. A pesar de eso (y del PTS), la lucha docente rompió dos veces el techo salarial del gobierno, quebrando el 15% que Vidal le impuso a los estatales de la provincia y el 25% en cuotas a julio. ¿Cómo explicar sino la modificación de las propuestas y las ocho reuniones paritarias arrancadas dos meses antes del término de la paritaria si no como resultado de la lucha?
Lejos de las maniobras, la inmensa mayoría de las asambleas docentes de todo el país (23 sobre 26) se pronunciaron por la firma del acta visualizando conquistas que iban más allá de lo estrictamente salarial. El propio mandato que propuso La Naranja en la asamblea de AGD, que ganó con el 70% de los votos (similar al porcentaje por firmar entre los más de 400 docentes que se pronunciaron online), tuvo en cuenta los límites del acuerdo, reclamando por el resto.
Los docentes rechazaron que lo arrancado con su lucha sea usurpado por la burocracia que además podía monopolizar con su firma la presencia en la comisión de revisión paritaria de septiembre o en la comisión por el tema ad-honorem.
El PTS opina sobre lo que no sabe, afirmando que “estaban dadas las condiciones y la fuerza para ir por más, profundizando el plan de lucha” contrariando a las asambleas de docentes en lucha de casi todo el país que evaluaron lo contrario. Contradictoriamente, la marcha fue el punto más alto de la lucha, en el marco de un paro que comenzaba un retroceso, tendencia que se iba a agudizar por la firma sin consulta de las burocracias sindicales. Para saberlo, sólo bastaba escuchar las decenas de asambleas y consultas, abandonando la política del sustitucionismo. Eso les permitiría además entender por qué la asociación de base de Tucumán, también dirigida por la Naranja, votó no firmar. A diferencia de una secta, o aparato que se coloca por fuera de un movimiento, la agrupación Naranja se esfuerza por desarrollar un movimiento clasista de los docentes universitarios, acompañando las diferentes experiencias y los distintos ritmos.
Por todo esto, es falsa la supuesta preocupación del PTS de que la firma “rife el malestar” de los docentes con el gobierno de Macri, porque a los sustitucionistas no le importa un cuerno “rifar” la lucha nacional de los docentes al desgaste y la desmoralización, en nombre de sus intereses de aparato. Es una provocación a los docentes que pararon 22 días en todo el país que el PTS les endilgue hacerle el juego a Macri por no seguir el paro.
La provocación mayor, sin embargo, es el rechazo de las asambleas como instancias de resolución. La mejor de las tradiciones del movimiento obrero es bastardeada por el PTS, llegando al desatino de plantear que para firmar el acta ¡“fueron necesarias varias asambleas”! Las asambleas de los docentes en lucha son… ¿¡contra su lucha!? La descomposición política no tiene fondo.
El embellecimiento de la burocracia kirchnerista a lo largo del conflicto, llevándola a hablar incluso a las asambleas de Filosofía en los momentos decisivos de la huelga (que la burocracia boicoteaba) explica el ensañamiento con los luchadores y sus métodos democráticos de organización y lucha.
A diferencia del PTS, que se sorprendió de la marcha universitaria a Plaza de Mayo ese mismo día, la agrupación Naranja que dirige la AGD y codirige la Conadu Histórica la propuso y la organizó, dando además una batalla enorme para lograr que la misma llegue a Plaza de Mayo, contra las direcciones burocráticas docentes. Lo mismo que con el plan de lucha que los comentaristas se empeñan en desvirtuar.