Por un plan de lucha nacional. Asambleas y congresos de la docencia en todo el país.

1. Hace un año, desde la Agrupación Nacional Naranja, denunciamos que la virtualización forzosa era un fracaso, además de haber significado un negocio para las corporaciones tecnológicas. No queremos otro 2020. Los gobiernos y rectores nos empujaron a una virtualización sin recursos, sin provisión de equipamiento, precarizando nuestras condiciones de trabajo. Todo esto, mientras denunciábamos que estudiantes y docentes quedaban desconectados. Ahora, después de haber abandonado a docentes y estudiantes a que se las arreglen como puedan, tanto el gobierno nacional como los provinciales declaran su interés por la educación. Así pretenden empujarnos a la presencialidad cuando todos los semáforos epidemiológicos para el retorno a las aulas indican que es inviable.

Tanto en la virtualidad como en la presencialidad, gobiernos y rectores reclaman que haya clases pero sin garantizar nada para que puedan llevarse adelante. Sin haber puesto un peso, vuelven a recargar sobre nosotros la responsabilidad de lograrlo y sus gastos.

Para la virtualidad, nos obligan a seguir costeando nuestras herramientas de trabajo, o a endeudarnos para obtenerlas. Seguimos sin tener reconocimiento alguno por los gastos de equipamiento y de conectividad, cuyas tarifas, solo en el mes de enero, aumentaron más del 17% (Indec), mientras nuestros ingresos sólo lo hicieron en un 2% en el mismo mes.

Pero además el 2020 virtualizado produjo en muchísimos casos un aumento del horario de trabajo, de tareas que antes no correspondían al docente y el atropello permanente a los horarios y días de descanso, no respetándose ni el derecho a la desconexión. En síntesis más flexibilidad laboral.

Ambas situaciones implican una vez más la vulneración del Convenio Colectivo de trabajo.

2. La pandemia continúa y ha profundizado la crisis del capitalismo en todo el mundo. La ofensiva del imperialismo, las tendencias a la guerra (como el reciente bombardeo a Siria por parte de la administración Biden), la recesión, las caídas recurrentes de las bolsas, el creciente desempleo, el hambre y las condiciones de explotación de lxs trabajadorxs, se ven agudizados a una escala también exponencial.

En Argentina, el gobierno nacional y los gobiernos provinciales tienen como principal objetivo el ordenamiento fiscal y la obtención de divisas para el pago de la deuda al FMI y a los bonistas y especuladores financieros internacionales. Así es que la educación tambiénestá en la mesa de negociación con el FMI.

En estos 18 meses, se viene aplicando un ajuste histórico contra los trabajadores en medio de una pandemia mundial, que exigía y exige colocar todos los recursos nacionales al servicio de preservar la vida y la salud de la población trabajadora.

Las leyes jubilatorias, votadas en diciembre de 2019 y a fin de 2020, condenan a nuestros jubilados a un haber mínimo de 20600 pesos debajo de la línea de indigencia y cuestionan los regímenes jubilatorios docentes, cuya continuidad depende de una comisión fantasma del congreso que, mientras tanto, está en pleno funcionamiento.

El presupuesto fondomonetarista correspondiente a este año relega, una vez más, a la salud, la educación, la ciencia y la técnica, en favor de los acreedores de la deuda pública.

Para la aplicación de esta política no hay grietas. Es parte de la agenda del oficialismo y de la oposición, quienes gobernaron en las últimas décadas y han llevado al empobrecimiento y precarización de las familias obreras, es decir, de la comunidad educativa, a niveles jamás vistos.

Los datos oficiales del INDEC indican que el 60 por ciento de los trabajadores ganan hasta $30.000, es decir, 6 de cada 10 trabajadores ocupados son pobres. Dentro de esos trabajadores se encuentra la docencia, que cobra un básico inicial para el cargo testigo de $18000, por debajo de la línea de indigencia. Además, 4 millones de argentinos están desocupados. El 70 % de los niñas/os y adolescentes, son pobres, y 2,5 millones no alcanzar la nutrición básica.

El resultado de estos años de ajuste educativo, que resaltaahora en medio de la pandemia, es la ampliación histórica de las desigualdades educativas, la profundización del derrumbe edilicio, la degradación de la universidad y la ciencia públicas, la precarización de las condiciones laborales, el incumplimiento del Convenio Colectivo y la desvalorización del salario.

En medio de este colapso -tras el cierre de un año de colegios, universidades, institutos, laboratorios- no se ha dado respuesta a que permita poner en pie la educación y la investigación pública para afrontar el coronavirus, con una altísima circulación del virus y una inminentesegunda ola en ciernes.

3. El salario de la docencia pre y universitaria lleva años en caída libre. 34% desde diciembre de 2015 y de 21% desde que asumiera el actual gobierno hasta enero de 2021. Estos salarios de indigencia repercuten directamente sobre el estado de nuestras obras sociales, que cada día tienen menos prestadores, prestaciones, mayores coseguros y, encima, incrementan descuentos adicionales sobre nuestro salario en forma directa.

Lxs jubiladxs pre y universitarixs están también afectadas por las actas de la infamia que firman las burocracias sindicales. Lxs docentes universitarixs recibirán, entre octubre de 2020 y septiembre de 2021, solo un 7% de incremento. Lxs preuniversitarixs, para el mismo período, un incremento de solo 10,33%. Exigimos el ajuste trimestral para las docencias pre y universitarias. (Para el detalle de este desplome salarial, ver documento sobre salario).

En cuanto a los investigadores jubiladxs, que han sido alcanzados por la reforma antijubilatoria general, se los ató, en lugar que a sus salarios, a un índice que ni refleja ni siquiera la inflación, recibiendo en consecuencia un incremento este mes de solo un 8,07%.

4. En Ciencia y Técnica, los primeros meses del año trajeron la confirmación que el 2021 no vino con aires renovados. Los salarios de CONICET están en un mínimo histórico, con niveles similares a los de 2002. El personal de gestión y les becaries doctorales están por debajo de la canasta de pobreza. Es el resultado de los acuerdos salariales a la baja que viene firmando la burocracia de UPCN y que en la última paritaria fue también convalidado por la dirección de ATE. Los becarios de las Universidades Nacionales, por su parte, sufren un desfasaje aún peor, cobrando miles de pesos menos por las mismas tareas. La excepción son les becaries de la UBA que conquistaron la equiparación salarial a la escala docente, marcando el camino a seguir.

A la miseria salarial se suma que, en CONICET, les becaries y personal de gestión (amplia mayoría de trabajadores del organismo) está precarizada sin los derechos más básicos. Los subsidios para investigar son devorados por la inflación y la devaluación y las becas doctorales y postdoctorales vienen de sufrir un recorte nominal del 15% en la última convocatoria. Mientras se profundiza la escasez de fondos, recrudecen las luchas intestinas entre diversas camarillas por el reparto de lo poco que hay.

En este contexto, el gobierno nacional aprobó una Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación que pretende patear el reclamo presupuestario hacia adelante. Las promesas presupuestarias para la ciencia nacional también han sufrido la devaluación. La nueva ley augura esta vez llegar a un 1% del PBI en 2032, algo que en el plan Argentina 2020 del kirchnerismo se planteaba para 2020.

El autodenominado “gobierno de científicos” no ha revertido la situación de ajuste que viene sufriendo el sector de CyT en los últimos años. Por el contrario, las condiciones empeoran día a día. Llamamos a la organización independiente de les trabajadores científicos en defensa del salario, las condiciones de trabajo y por una ciencia al servicio del pueblo trabajador (ver documento de CyT).

5. Con la aprobación de la ley IVE, el movimiento de mujeres y diversidades sexuales obtuvo una conquista histórica, ganada gracias a la tenaz lucha de la marea verde. Las cifras de femicidio son pavorosas: se registra un femicidio cada 20 o 24 horas y uno de cada cinco es cometido por un miembro de las fuerzas represivas. Las cifras de travesticidio confirman la brutal opresión a la que están sometidos las mujeres y varones trans en Argentina. La reciente creación del Consejo Federal para la Prevención y Abordaje de femicidios, travesticidios y transfemicidios, seguramente no pase de una medida cosmética como tantas otras.

Por ello es fundamental participar masivamente en las movilizaciones del 8 de marzo e impulsar una campaña por el respeto a las dispensas. La lucha contra toda desigualdad de género en las universidades públicas es uno de los ejes de intervención de la Agrupación Naranja. (Para desarrollo de estos planteos, ver documento específico).

6. Los colegios e institutos preuniversitarios -desde inicial a terciarios- son los principales focos por la vuelta a la presencialidad. Es ahí donde tenemos que desarrollar asambleas en cada uno de los colegios e instituciones y pelear por la constitución de comisiones con representantes de estudiantes, docentes y no docentes para elaborar y controlar las condiciones sanitarias y de infraestructura y la ejecución de protocoles que no atenten contra la salud de toda la comunidad educativa y de la población en general. Para ello hemos desarrollado, una serie de condiciones (ver aparte) y un documento específico de los colegios preuniversitarios (ver).

7. En este cuadro, frente a la completa integración de las direcciones burocráticas a los gobiernos-cualquiera sea el gobierno-, que firman paritarias a la baja y entregan nuestras condiciones de trabajo, sigue siendo una cuestión de primer orden la lucha por la independencia política de federaciones y sindicatos docentes, lo mismo que para las representaciones de trabajadores de CyT. Es decir, la lucha por una nueva dirección. Algo imprescindible frente a las direcciones burocráticas y fraudulentas que, subordinadas al gobierno, avalan los planes de ajuste. En la docencia universitaria tienen nombre y apellido: Conadu y Fedun

Un párrafo especial merece la dirección de la Conadu Histórica. Pese a tener un funcionamiento democrático y a no firmar las actas de ajuste, en 2020, no estuvo dispuesta a desarrollar un plan de lucha de alcance nacional En ese sentido, el Encuentro nacional de la docencia pre y universitaria, que promovimos comoAgrupación, jugó un papel clave para reogarnizar el activismo y para lograr que se impulse un plan de acción por el conjunto de nuestras reivindicaciones.

Para conquistar esa nueva dirección, la Agrupación Nacional Naranja tiene como eje la defensa del frente único, con el que intervenimos construyendo y defendiendo las listas que se basan en un programa de defensa de la universidad pública, independiente de los gobiernos y los rectores, y la democracia sindical, la deliberación colectiva para impulsar la conquista de nuestras reivindicaciones. Esto vale tanto para la lucha en el sindicalismo docente, como frente al conjunto del movimiento obrero: ese sentido tiene el Plenario del Sindicalismo Combativo que hemos construido y defendido desde nuestras posiciones sindicales. Es un tema clave para impulsar un plan de lucha nacional del conjunto de los trabajadores ocupados y desocupados.

Resoluciones

1. Ningún docente por debajo de la línea de pobreza. Campaña por paritarias libres, sin techo, salario básico nacional de $60.000. Defensa de las jubilaciones y de todos los derechos del CCT. No a la precarización laboral de la docencia, los investigadores y becarios. Por el fin del trabajo gratuito de docentes ad honorem y adscriptos. Pase a planta de los contratados. Defensa de las obras sociales docentes. Por la abolición del impuesto al salario.

2. Recomposición salarial en CONICET y todos los organismos de CyT. Investigar es trabajar. Por un Convenio Colectivo de Trabajo que incluya a les becaries como trabajadores con plenos derechos. Pase a planta del Personal de Gestión. Defensa del régimen jubilatorio del 85% móvil e inclusión del Personal de Apoyo. Democratización del directorio de CONICET. Por una ciencia al servicio del pueblo trabajador, no de las empresas.

3. Campaña de denuncia y plan de lucha para frenar la ofensiva antieducativa en curso: Ante la pretensión de los gobiernos de imponer una presencialidad sin condiciones, organicemos un plan de lucha en defensa de la educación, de la salud y del salario. Paritarias particulares en todas las universidades y comités de docentes, no docentes y estudiantes, que fiscalicen las condiciones sanitarias y edilicias en los edificios, y organicen la lucha por imponerlas. Por un cronograma real de vacunación de la docencia y demás personal de educación.

4. Impulsar un plan de lucha ante el inicio de clases, junto al resto de los sectores y sindicatos combativos de la docencia, promoviendo asambleas y autoconvocatorias, movilizaciones y paros, por todos los reclamos planteados.

5. Para terminar con la violencia contra las mujeres y diversidades, como primer paso, participemos de los paros y movilizaciones del 8 de marzo en todo el país. Exigimos a los rectores y al Ministerio de Educación los fondos necesarios para terminar con la discriminación y la violencia. Otorgamiento de todas las dispensas y licencias con las suplencias correspondientes para hacerlas efectivas.

6. Campaña en defensa de la universidad pública ante la amenaza de una nueva ley de educación superior que mantenga los criterios de privatización, mercantilización y desvalorización educativa. Por una universidad al servicios de las mayorías populares.

7. Exigencia a la CGT y las CTAs de romper con el gobierno nacional y los gobiernos provinciales. Convoquemos a asambleas abiertas, congresos de delegados con mandato para organizar un inmediato plan de acción. Por la recuperación de nuestras organizaciones sindicales. Terminemos con las burocracias sindicales. Frente único que agrupen a todo el activismo combativo.

Agrupación Nacional Naranja de docentes, becarixs e investigadorxs

(Marzo 2021)