El Consejo Superior de la UBA aprobó una reforma de los contenidos del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires, motivo de un fuerte debate entre la docencia universitaria. Entrevistamos a Cristian Henkel, docente del CBC de Avellaneda y Secretario de Organización y Actas de la Asociación Gremial Docente de la UBA (AGD-UBA).

¿Por qué se da esta reforma curricular?

Lo primero que advertimos es que esta reforma, que se está discutiendo hace meses, es largada justo en el momento en el que los docentes del CBC se encuentran en un proceso de lucha extraordinario contra el intento de despidos por parte de las autoridades.

Esta ofensiva se da sobre la base de una resolución del Consejo Superior y de las autoridades de la universidad, que se niegan a aplicar el Convenio Colectivo nacional votado el año pasado, es decir, una ley nacional.

Pretenden que docentes que trabajan desde años, en muchos casos más de 30, tengan que salir a concursar su cargo, sin que se les garantice la estabilidad laboral que contempla el Convenio Colectivo.

En este contexto caracterizamos la reforma como una maniobra para ocultar la enorme campaña por la estabilidad laboral, que incluyó un petitorio en el que firmaron más del 70% de los docentes del CBC en defensa de los puestos de trabajo docente.

¿En qué consiste la reforma?

En una reforma de contenidos mínimos, que en los hechos ya se habían modificado por los docentes y titulares de cátedra, a lo largo de los 30 años de existencia de los CBC; que, reitero, se da justo en medio de una campaña que están llevando adelante los docentes universitarios contra los despidos.

Otro aspecto es la introducción de la virtualización, presentada por las autoridades como un aggiornamiento para poner la UBA a tono con los nuevos tiempos. Esta introducción significa en realidad una profundización del trabajo precario de los docentes, a quienes se los pondrá a corregir miles de trabajos virtuales.

Esta cuestión presenta otro problema de gravedad. Está comprobado que el nivel de deserción aumenta cuando no hay un docente frente al curso que pueda acompañar el trabajo de aprendizaje, este impacto en un área tan sensible como los ingresantes a la universidad, nos lleva a pensar que con este cambio apuntan a un proceso de deserción masivo de los estudiantes.

Entre los cambios, que además fueron discutidos sólo por algunos titulares de cátedra, se eliminan talleres, como sucede en el caso de semiología. Este recorte es criticado por muchos docentes, que objetan que el verdadero objetivo de la reforma sea alcanzar la excelencia académica.

Por todo esto, desde la AGD-UBA estamos impulsando reuniones donde discutiremos colectivamente y democráticamente en el cuerpo de delegados esta reforma. También estamos organizando un acto frente al Congreso de la Nación, por la estabilidad de los docentes del CBC.