Una contrarreforma universitaria

De la mano de Milei, los rectores y el FMI

Una contrarreforma universitaria

Junio 03, 2025 - 12:17

En distintas universidades, sus autoridades comenzaron a presentar la resolución aprobada por el gobierno de Milei sobre la base de una propuesta del CIN, que reúne a los rectores de universidades públicas y del CRUP, de las privadas.

Lo que se presenta como una novedad es una sopa recalentada de reformas noventistas con guion del Banco Mundial y la OCDE que enfrentamos en su momento en las calles docentes, no docentes y estudiantes.

Se trata de crear titulaciones intermedias sin valor alguno, acortar las carreras de grado para devaluarlas y derivar parte de la formación a especializaciones y posgrados arancelados. En otras palabras, se proponen desguazar la universidad tal cual la conocemos para devaluar, al mismo tiempo, títulos y fuerza de trabajo. Además constituye un nuevo golpe a la universidad pública en beneficio de las privadas, en un mayor avance de la mercantilización y privatización de la educación superior. Como parte de esta implementación, en varias universidades los consejos superiores están avanzando en la implementación de reformas de planes de estudio en función de acreditar a la Coneau, otra perla que llegó con la Ley de Educación Superior menemista y que todos los gobiernos desde entonces han mantenido al pie de la letra.

Todas estas reformas se ensayaron en los noventa en América Latina y antes en Europa, con el denunciado Plan Bolonia cuyas consecuencias desastrosas marcan todavía el estado de las universidades.

Pero el colmo de los colmos es que pretenden hacernos creer que van a resolver la crisis universitaria aliándose con un gobierno univerticida. Más claramente: quieren ejecutar esta reforma en la universidad justo cuando denunciamos los salarios más miserables de las últimas décadas, cuando enfrentamos la colosal asfixia financiera, en el mismo momento en que Milei agravia a la docencia y al sistema científico.

La Agrupación Naranja Nacional denuncia el secretismo, la falta de difusión, el apresuramiento por plantear diseños curriculares y la completa ausencia de deliberación del demos universitario.

No podemos dejar pasar este ataque que pretende subordinar por completo la universidad al dictado del capital. Defendamos la universidad pública, el reconocimiento de los títulos y las carreras, la autonomía universitaria y nuestros puestos de trabajo.

Abramos la deliberación en salas de profesores, en las aulas, en laboratorios; promovamos el debate con nuestros estudiantes y compañeros no docentes, sumemos al pliego de la lucha universitaria el rechazo a la antirreforma universitaria de Milei, los rectores y el FMI.