El miserable “bonito” de $2.500 y la suma del 3% a cobrar en marzo 2022, firmados en la paritaria de la semana pasada, generaron el rechazo y la bronca generalizada en toda la docencia pre y universitaria nacional. Mientras la inflación interanual supera el 52%, la docencia universitaria sumará hasta diciembre 2021 un 38% de incremento salarial. La entrega y la sumisión de todas las burocracias sindicales del sector está a la vista de todo el mundo: mientras a lxs trabajadores del Estado Nacional y de la provincia de Buenos Aires cobrarán un bono de $20.000, lxs universitarios recibiremos $2.500! Una burla completa.

También es claro que el gobierno nacional desprecia a la universidad y a sus trabajadores: desde marzo del 2020, que incumplió el pago cláusula gatillo conquistada en 2019, nuestros salarios continúan en caída libre. Desde diciembre del 2015 a la fecha nuestros salarios cayeron, al menos, un 25% y el cargo testigo se encuentra casi en mitad de la línea de pobreza ($74.000).

Con este escenario solo la autonomía de todos los gobiernos y las gestiones universitarias, junto a la organización en cada lugar de trabajo, nos darán una salida frente al ajuste del FMI y una universidad al servicio de la mayoría popular.

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