Como es de público conocimiento, el rectorado de la UBA ha decidido la suspensión del cuatrimestre en curso y su reprogramación, en principio, a partir del 01/06. Esta resolución habilita a que cada unidad académica, incluido los colegios preuniversitarios, decidan la modalidad de abordar la suspensión de clases presenciales, allanando de esta manera, el camino a la virtualización forzosa del dictado de clases, algo que ya comenzó de forma caótica en varias unidades académicas.

Los intentos por llevar adelante una virtualización forzada e improvisada se estrellan contra la pared. En los lugares donde se impuso, trajo como consecuencia; miles de docentes abrumadxs por carecer de equipamiento necesario, por no contar con instancias previas de capacitación, con falta de tiempo material para transformar en virtual los cursos presenciales, por apenas poder responder a las lógicas demandas de sus estudiantes mientras del otro lado de la pantalla atienden a sus hijxs o familiares a cargo, sumado a los problemas de conectividad; escaso acceso a medios tecnológicos ya que los mismos deben ser compartidos con el resto de convivientes que tienen sus propios requerimientos, servicios de internet, luz y equipamiento que pasan a estar a nuestro cargo, etc. Asimismo, lxs estudiantes tienen enormes dificultades para conectarse, (cuando logran hacerlo), muchos de ellos solo cuentan con un celular para resolver las guías de trabajo, y, en el mejor de los casos, si tienen computadora propia, deben compartirla con el resto de los integrantes de la familia. (al igual que les docentes!). Si ya en “tiempos normales” hay deserción y “fracaso” académico, en tiempos de pandemia, y sin garantizar por parte de las autoridades el acceso a insumos materiales básicos para la virtualización, el problema se agrava todavía más. En un cuadro de completa anomalía, no hay ni puede haber normalidad académica.

Esta “normalidad académica” es la que se pretende imponer a través de la virtualización forzada e improvisada por parte de las autoridades de ambos colegios. La virtualización obligatoria en la plataforma (Aula Virtual) nos fue comunicada con un correo institucional hace apenas 15 días, sin capacitación previa, con la única indicación por parte del equipo directivo del “sálvense quien pueda” y “hagamos un gran como si”; como si estuviéramos en una normalidad inexistente, como si diseñar clases virtuales fuesen igual a las clases presenciales, como si los estudiantes tuviesen posibilidades de conexión, como si el aula virtual fuese igual que la dinámica que se construye en las aulas.

Llama la atención que, en medio de esta crisis fenomenal e inédita que estamos atravesando, las autoridades hayan elegido la unilateralidad para la toma de decisiones sobre las condiciones de trabajo y cursada que involucra de forma directa a docentes, estudiantes y familias. Desde la suspensión de las clases, no han convocado a ninguna instancia democrática de la Escuela (Jefes de Departamentos, CER, ) para deliberar acerca de cómo transitar la situación social y educativa que nos involucran a todxs.

En este sentido desde La Naranja Preuniversitaria queremos expresar y proponer:

❗Dada la situación excepcional, producto de la pandemia y la necesaria cuarentena, la vida de lxs docentes y de lxs estudiantes se ha alterado drásticamente. No hay experiencia reciente que reproduzca el hecho de millones de personas enclaustradas para evitar un contagio masivo. Ignorando eso, se busca instalar una normalización de lo que constituye una “anormalidad” que ha parado no sólo un cuatrimestre, sino el funcionamiento de la sociedad mundial en todos sus planos.

❗Las profundas diferencias entre la educación virtual y la presencial. Reconocemos el lugar que ciertas herramientas virtuales ocupan hoy en nuestros procesos educativos, pero entendemos que esto de ninguna manera puede reemplazar el sistema presencial que articula en un trabajo conjunto todo el proceso de enseñanza-aprendizaje.

✅Que ninguna modificación del calendario académico puede afectar derechos de estudiantes, no docentes y docentes, estos últimos consagrados por los derechos adquiridos y por el Convenio Colectivo de Trabajo nacional, cuya aplicación reclamamos.

✅Que se garantice los derechos a las dispensas establecidas en el DNU presidencial (mayores de 60 años, personas con enfermedades de riesgo, con hijxs o familiares a cargo). Esto es imprescindible, toda vez que, al igual que muchas familias, los y las docentes nos encontramos en una situación en que nuestra normalidad ha sido alterada, teniendo a cargo en tiempo completo el cuidado permanente de adultos mayores y niñes.

✅Que de abril a junio toda actividad virtual propuesta (acompañamiento, intercambios con estudiantes) sea optativa para todxs lxs docentes y se desarrollen respetando el cargo, dedicación y en los horarios habituales de trabajo. La virtualización no puede implicar una mayor carga horaria.

✅Que ante un eventual inicio de clases, cuando las condiciones sanitarias lo avalen, se prepare el retorno a las aulas con un relevamiento de la infraestructura, distribución de aulas y que se doten de todos los elementos de protección de higiene y seguridad, ya que en caso contrario se transformará en un foco de la pandemia.

✅En el caso del Pellegrini, que se postergue la elección de jefatura de departamentos

✅Que no haya corrección ni evaluación en estas condiciones. Que se proceda a evaluar de manera presencial una vez se levante la cuarentena. Los y las estudiantes tienen que tener garantizado todo aquello que se requiere para tener las mismas oportunidades. El acceso al material (sea analógico o digital) tiene que estar garantizado plena y democráticamente para todes.

En este sentido, llamamos a la urgente conformación de un Comité de Crisis, que ya funciona en otras unidades académicas, donde participen los centros de estudiantes (CECAP y CENBA), las gremiales docentes, no docentes y familias para evaluar el desarrollo de los acontecimientos y debatir los pasos a seguir. No avalamos un estado de excepción que deje en manos de las autoridades la unilateralidad en la toma de decisiones que nos afectan e involucran a todes.

Agrupación Naranja de Docentes Preuniversitarios.