Con la toma por 5 días del MINCyT y la lucha en los CCT provinciales logramos UN PRIMER TRIUNFO PARA PROFUNDIZAR LA LUCHA CONTRA EL AJUSTE

Con la toma por 5 días del MINCyT y la lucha en los CCT provinciales logramos UN PRIMER TRIUNFO PARA PROFUNDIZAR LA LUCHA CONTRA EL AJUSTE

Diciembre 27, 2016 - 10:51

Por Agrupación Naranja Ciencia y Técnica

El acta firmada: el mejor de los escenarios posibles

La toma del Ministerio de Ciencia y Tecnología durante 5 días, apoyada por ocupaciones y distintas medidas en los CCT regionales, logró el viernes 23 por la noche el primer triunfo de una lucha que es histórica para nuestro sector. El acta firmada por el conjunto de las organizaciones gremiales y políticas presentes garantiza la reincorporación de los 508 trabajadores/as al CONICET, incluyendo a 107 que estaban hasta ese día por fuera del organismo, con becas post-doctorales hasta diciembre de 2017 así como el compromiso de inserción de todos/as ellos/as en distintos ámbitos de la investigación pública, incluyendo al CONICET. Asimismo, contempla la formación de una comisión de seguimiento integrada por representantes gremiales, provinciales y de los afectados/as que permitirá monitorear la evolución del cumplimiento del acta.

En concreto, son 450 compañeros/as que ya habían sido expulsados previamente del organismo o quedaban despedidos en abril del 2017, que hoy están dentro del CONICET. A esto se suman los restantes 58 compañeros/as que tenían beca post-doctoral hasta el 2018 y que hoy tienen el compromiso de su efectivización en algún organismo público, respetando sus líneas de investigación y sedes de trabajo, y con condiciones laborales iguales a las de los Investigadores de carrera. Si bien no se logró conquistar el reclamo de máxima, esto es el compromiso de ingreso de los 508 al CONICET, el triunfo conseguido representa mejores condiciones para enfrentar las luchas que se vienen.

 

El acierto de un método

El acta firmada fue producto de una contrapropuesta elaborada en una masiva asamblea en base a lo propuesto por la comisión de afectados/as y el resultado del plan de lucha impulsado por JCP Bs As. Éste comenzó con la movilización y ocupación del CONICET mientras se reunía el Directorio del organismo la semana anterior y siguió con la movilización y ocupación del Ministerio el pasado lunes. JCP Bs As fue, durante todo el primer año de gobierno macrista, la única organización gremial que llevó adelante la lucha consecuentemente durante todo el año contra el ajuste en la investigación pública, por la efectivización de los ingresos CIC y CPA 2015 y luego por el aguinaldo para los becarios/as y contra el recorte en los ingresos de 2016. En contraposición a la burocracia sindical, que ha firmado desde el pasado 10 de diciembre una tregua con el macrismo, JCP logró poner en pie un verdadero plan de lucha contra las políticas de ajuste del macrismo en la investigación pública. A lo largo de todo este proceso, fue clave que JCP Bs As mantuviera el carácter independiente de las autoridades del CONICET y diferentes camarillas del sistema científico. El rol de JCP como dirección de este conflicto y el compromiso y esfuerzo mostrado en el sostenimiento de la lucha fue reconocido por el conjunto de los compañeros/as, incluso aquellos más críticos del acuerdo alcanzado.

 

El rol del kirchnerismo

En CABA, los sectores kirchneristas intervinieron en el conflicto por el recorte en los ingresos mostrando, en todo momento, los lazos que aún mantienen con muchos de los funcionarios del CONICET. Desde el primer momento, rechazaron movilizarse al Directorio del CONICET el día en que se firmaban los despidos, dividiendo en los hechos la convocatoria. Luego de que el CONICET fuera tomado para exigir una reunión, continuaron con la realización de un acto paralelo sin sumarse ni a la ocupación ni al corte de calle posterior. El día lunes, tanto Autoconvocados como la dirección de ATE CONICET llamaron la movilización al MinCyT, pero se retiraron luego de que se definiera tomar el edificio en una asamblea. No obstante, minutos más tarde, cuando producto de la toma del edificio Barañao aceptó recibirnos, los referentes de las organizaciones kirchneristas se apresuraron a ingresar al MinCyT y reclamaron su participación en la reunión. Durante los primeros 3 días, sólo JCP Bs. As. y un sector de ATE CONICET sostuvieron activamente la ocupación, mientras Autoconvocados mantenía una reunión en Medicina para discutir el tema de los ingresos. La masividad y notoriedad que fue ganando la lucha forzó a estos sectores a bajar su reunión y concurrir a la toma del MinCyT. Lo mismo ocurrió con la dirección kirchnerista de ATE CONICET que sacó comunicados repudiando los métodos, se negó a aportar al fondo de lucha y sólo convocó a paro el viernes, luego de que la asamblea se lo exigiese. Durante gran parte del conflicto, la intervención de los sectores K estuvo focalizada en contraponer la defensa de los puestos de trabajo y la continuidad de los compañeros/as despedidos/as a una supuesta defensa de fondo de la política científica impulsada por Barañao durante el kirchnerismo. Si bien luego firmaron y defendieron el acuerdo, esta intervención instaló en muchos compañeros/as que durante la toma del MinCyT debía resolverse no sólo la situación de los despedidos/as sino todos los problemas de fondo del sistema científico nacional la mayoría de los cuales se arrastraba desde su propia gestión. Sobre esa base, fue que muchos sectores kirchneristas de otras provincias terminaran manifestando su rechazo al acuerdo.

El conflicto mostró dos métodos de lucha totalmente definidos y claramente el triunfo de uno de ellos: la asamblea, la acción directa y la independencia política de lxs trabajadorxs, por sobre los rosqueos de cúpula y los compromisos con una fracción de la patronal.

 

La herencia del ¿otro? Barañao

A lo largo del conflicto por los despidos en el CONICET, ha quedado de manifiesto que muchas de las problemáticas obedecen a falencias de la política científica sostenida por Barañao durante el kirchnerismo. No en vano, la ex Presidenta Cristina Fernández intervino en las redes sociales despegándose de su ex Ministro y oponiendo el Barañao kirchnerista al actual Barañao macrista. Sin embargo, la expulsión de doctores del CONICET y la nula voluntad política de garantizar su inserción en otros ámbitos ya había estallado previamente durante el año 2011 cuando cientos de becarios e investigadores se movilizaron al CONICET. En aquella ocasión el conflicto logró la publicidad de algunos criterios de evaluación, el otorgamiento de 100 becas post-doctorales extra y la modificación de la normativa. En este sentido, plantear que “de la repatriación a la expulsión de los científicos pasó apenas un año” es una impostura cuando desde hace años JCP viene denunciado que el número de doctores expulsados del sistema supera ampliamente a los repatriados por el programa Raíces y que ambas gestiones carecen de un plan para su inserción en otros ámbitos. Quienes hoy descubren que Barañao impulsa bajo el macrismo la mercantilización de la ciencia parecen olvidar cómodamente que fue el ministro insignia de Monsanto durante toda su gestión, fomentando la cesión de patentes a las grandes empresas, defendiendo el uso de glifosato y persiguiendo a Andrés Carrasco cuando éste denunció el efecto devastador de los agrotóxicos sobre los seres humanos. De la misma forma, la precariedad laboral reinante en el CONICET, que jamás fue puesta en duda por el kirchnerismo, es la que permite que las convocatorias a CIC se realicen sin especificar previamente el número de ingresos previsto, que no se publiquen los órdenes de mérito o los criterios usados y que los becarios/as sigamos sin tener los derechos laborales más básicos. Sobre esta base de precarización el macrismo aplica hoy la profundización del ajuste.

 

La cuestión federal

La resolución del conflicto puso sobre la mesa la escasa coordinación los límites de la coordinación que se logró establecer entre quienes manteníamos la toma en el MinCyT con los compañeros/as de otras regionales. Lo mismo respecto a los distintos ritmos y organización de los movimientos. Esto se expresó en las caractrísticas tan disímiles entre las acciones en cada provincia: en el caso de Bs As. la toma de esta semana fue desde el lunes, por tiempo permanente con acciones masivas cada día, mientras que en otras sedes comenzó jueves o viernes y/o se tomaban por algunas horas. El reclamo de los compañeros/as del interior del país de que su aceptación o rechazo a la propuesta fuera tenida en cuenta en la masiva asamblea de Buenos Aires y a la hora de firmar o no el acta acuerdo, evidencia estas diferencias, tiempos y falta de coordinación. La imposibilidad de contar con información fehaciente de lo que ocurría en otros lugares (¿Había asambleas? ¿Votaban sólo los trabajadores del CONICET, como ocurrió en Buenos Aires, o todos los presentes? ¿las tomas eran sostenidas por investigadores y afectados o por sectores solidarios?¿Cuál era el número de participantes?) sumado a la urgencia de garantizar que la negociación se mantuviera abierta, terminó forzando que la decisión se tomara apoyada en lo sucedido en Buenos Aires y en el estado de la toma allí. Lejos de tratarse de un desprecio hacia los compañeros/as del interior, se trató de una difícil decisión votada en asamblea y marcada por la urgencia de lograr el mejor de los acuerdos posibles en un contexto en el cual la toma del MinCyT se volvía difícil de sostener luego de 5 días de ocupación esa semana y uno del Conicet la anterior y frente a una propuesta del gobierno que no sólo había mejorado sustancialmente respecto de las anteriores sino que además aceptaba todos los términos de la contrapropuesta votada en asamblea, partiendo de la caracterización que sin la toma del Ministerio se hacía imposible mantener abierto el diálogo sólo con la ocupación de los CCT. Mientras Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Mar del Plata y Rosario rechazaron la contapropuesta, La Plata votó a favor de la misma y Santiago del Estero y Tandil definieron acatar lo que se decidiera en Buenos Aires. Sin dudas, una de las grandes perspectivas que nos deja este conflicto es la necesidad de establecer una coordinación a nivel nacional que permita dejar atrás estas diferencias y enfrentar la lucha del 2017 en forma unificada. En este sentido, el plenario de coordinación nacional convocado por JCP Bs As para el sábado 4 de febrero en la explanada del MinCyT tiene que servir a este propósito.

 

Las maniobras detrás de un legítimo reclamo

Sin embargo, No podemos dejar de advertir que tras el legítimo reclamo de una mayor coordinación, varios sectores kirchneristas han camuflado su voluntad de golpear a JCP como dirección de este conflicto. Efectivamente, aun cuando todas la organizaciones kirchneristas de Buenos Aires firmaron el acuerdo (Autoconvocados, CyT Argentina, becarios empoderados, CONADU) los ataques de estos sectores en Córdoba, Tucumán o Mar del Plata se focalizaron en atacar a JCP. Como bien han denunciado los compañeros/as de la Naranja de Córdoba, son los mismos sectores que durante el conflicto propusieron y votaron a favor de levantar una y otra vez las ocupaciones de los CCT. Detrás de estas maniobras, se esconde la necesidad de atacar el rol de JCP como dirección del conflicto dado que su orientación política no estuvo alineada al kirchnerismo ni antes ni después de la asunción del macrismo.

Algo parecido puede decirse de una parte de la izquierda, que prácticamente no participó del conflicto, y tardíamente se sube al carro fogoneando las críticas más despolitizadas y arteras vía redes sociales, para intentar capitalizar por vía del ataque lo que no pudieron a partir de una intervención política real.

 

Lo que viene

La intensa lucha contra los despidos en el CONICET ha obtenido no sólo un primer triunfo práctico expresado en la reincorporación del 100% de los trabajadores/as despedido/as, un logro nunca visto en otras dependencias estatales. Ha implicado el triunfo de una orientación política independiente de las autoridades y la burocracia sindical. Contrariamente a lo que sostenían la patronal y también muchos sectores kirchneristas al inicio del conflicto, se ha impuesto que los becarios/as somos trabajadores/as precarizados/as y que los 508 compañeros/as no eran “expulsados” sino despedidos. Lo que puede parecer una conclusión obvia es, sin embargo, la clarificación de una lucha política de más de 10 años que se ha resuelto al calor de la lucha.

Compañeros y compañeras: hemos protagonizado una lucha de alcances históricos. El acta alcanzada, y sobre todo la lucha que la propició, han sentado las bases para poner en pie una organización nacional de trabajadores/as del sistema científico y un plan de lucha nacional en el 2017 para enfrentar el ajuste y avanzar en las reivindicaciones pendientes. Junto al plenario de coordinación nacional del 4/2 convocado por JCP Bs. As., se impone la necesidad de una gran marcha federal en defensa de la investigación pública para comienzos del 2017.

La Agrupación Naranja ha participado activamente a lo largo y ancho del país tanto en JCP Bs As y La Plata como en diversas asambleas de base. Ha intervenido democráticamente en todos los espacios de deliberación y organización, con sus caracterizaciones y posiciones políticas, y le ha puesto el cuerpo a todas las medidas tomadas. Ratificamos este compromiso, y en el 2017 pondremos toda nuestra energía para desarrollar un movimiento de ciencia y técnica a nivel nacional que pueda imponer todas sus reivindicaciones y se una al resto de la clase obrera en lucha para enfrentar el ajuste.