Nuestra Agrupación en más de 30 años de existencia ha mantenido una posición clara. El bien más preciado de un sindicato democrático y combativo es el de mantener su autonomía frente a los gobiernos, los rectores y las burocracias sindicales para defender nuestros derechos, avanzar en nuestras conquistas y luchar por una universidad al servicio de las mayorías populares.

En esta oportunidad toca la misma suerte frente a quienes vienen aplicando –y en sus propuestas se comprometen a seguir haciéndolo– los planes del FMI que destruyen nuestros salarios y derechos laborales y contra los que hemos hecho planes de lucha y decenas de paros, movilizaciones y actividades en los lugares de trabajo en defensa de nuestros derechos. Enfrentamos también a quienes quieren destruir la universidad pública y gratuita y plantean su privatización lisa y llana.

Por ello declaramos que no hay salida a la grave crisis que padecen las mayorías populares de nuestro país si continúa la confiscación de la deuda externa usuraria y fraudulenta, las políticas de ajuste presupuestario y salarial, si se vulneran o reforman regresivamente los derechos laborales y previsionales, sin universidad y sin sistema científico públicos, sin garantía plena de derechos a la salud, la tierra y la vivienda, los derechos de las mujeres y las diversidades, el medio ambiente y las libertades democráticas. Así lo hemos expresado en el último congreso de Conadu Histórica, que resolvió una declaración que usa un eje unilateral de delimitación sobre una sola de las variantes del balotaje, y en cada debate y posicionamiento en las asociaciones de base y federaciones en las que participamos.

En este sentido colocamos nuestra agrupación en todas las universidades y colegios preuniversitarios al servicio de la defensa del conjunto de lo conquistado y para seguir luchando por todos los derechos a conquistar para los 190.000 docentes estén agrupados en una u otra federación o a ninguna.