UBA: nuevo rector, el mismo ajuste

La elección de Ricardo Gelpi pone sobre la mesa el carácter antidemocrático del cogobierno universitario.

UBA: nuevo rector, el mismo ajuste

Junio 28, 2022 - 16:21

Por Luciano Arienti

Ricardo Gelpi, decano de la Facultad de Medicina, es el nuevo Rector de la Universidad de Buenos Aires. Su designación el viernes pasado no fue, sin embargo, producto de deliberaciones colectivas sobre plataformas políticas ni sobre el rol social de la universidad. Fue electo en un cónclave cerrado citado en el Teatro de la Ribera, muy lejos de cualquier dependencia de la UBA y de espaldas a sus problemáticas.

 

Pelea de camarillas
La postulación de Gelpi en la Asamblea Universitaria –compuesta por los consejeros directivos y decanos de las facultades- fue presentada por el oficialismo ponderando su currículum académico y logros de gestión. ¿Se trata de un cuadro “técnico” que vendría a “modernizar” la UBA?

Gelpi es un hombre históricamente ligado a la UCR. También lo es quien aparece como probable vicerrector: Emiliano Yacobitti, la figura central de una de las ramas internas del radicalismo. Tras bambalinas, lo que se esconde es una apuesta de la camarilla mayoritaria de los radicales de la UBA para hacerse con el control directo de las riendas de la universidad. Esta elección conlleva el desplazamiento de Alberto Barbieri, un peronista de las 62 organizaciones con juego propio, y sus apetencias de una re-reelección.

La elección de Gelpi debe ser leída en clave de la de interna de Juntos por el Cambio. Con ella, la fracción mayoritaria de la UCR Capital consolida una estructura de poder propia, frente a la incertidumbre de las listas electorales y reparto de cargos.

Este mismo balance hicieron los representantes del kirchnerismo en la Asamblea Universitaria. En sus alocuciones, optaron por no ir a una confrontación de fondo. Ni presentaron candidato a rector ni criticaron a Gelpi. Por el contrario, tendieron puentes de colaboración, tal vez a la espera de que se repita el esquema de prebendas que los benefició durante la gestión de Barbieri.

El kirchnerismo circunscribió sus polémicas al plano ideológico: criticó la filiación radical del oficialismo y sus negocios, pero se trata de una impostura. El gobierno nacional y su voluntad de pago de la deuda externa usuraria es el principal responsable del ajuste presupuestario en educación. Lo mismo con sus diferencias con el sistema de gobierno: las universidades que controla son tan antidemocráticas como la UBA.

El consejero directivo del PTS, en vez de denunciar la pugna entre las camarillas, se plegó al relato del kirchnerismo. Centró sus dardos en las figuras de la UCR, pero sin dedicarle una sola palabra a la responsabilidad del gobierno nacional.

 

La lucha contra el régimen privatista
La Asamblea Universitaria vuelve a poner sobre la mesa el carácter antidemocrático del cogobierno universitario. No es un problema formal, susceptible de ser resuelto al modificar tal o cual representación de consejeros. La composición antidemocrática es el correlato de las peleas entre bloques de camarillas, todas reaccionarias, que buscan repartirse la universidad en función de intereses ajenos mitad a sus mayorías. La democratización del gobierno universitario es justamente un planteo contra este régimen privatista de la UBA.

La Universidad de Buenos Aires aún sostiene el Estatuto de 1958, donde se impide la voz y el voto a los docentes y no docentes, mientras se sostiene un claustro de “profesores”, que representan el 5% de la planta, pero cuentan con la mitad de los votos válidos en los organismos. Los estudiantes, la mayoría de la universidad, están subrepresentados. Y hasta existe un claustro de “graduados”, susceptible de ser tomado por todo tipo de intereses corporativos.

Los consejeros directivos del PO denunciaron esta situación, y añadieron los reclamos universitarios, tanto de la infraestructura y problemáticas de las facultades, como el problema del Convenio Colectivo Nacional de la docencia pre y universitaria, y la defensa de los reclamos docentes ante una paritaria de miseria. Esto permitiría la carrera docente, el fin de los interinatos y del trabajo gratuito. También, de la lucha de los no docentes contra el cierre de Hidalgo.

Ni radicales ni peronistas tocaron estos temas, que hubieran desmontado el embellecimiento que hicieron de la situación universitaria y expuesto sus responsabilidades en el ajuste.

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