La docencia universitaria para y prepara marcha nacional educativa

La docencia universitaria para y prepara marcha nacional educativa

Marzo 12, 2017 - 15:09

Por Antonio Rosselló, Secretario Adjunto de Conadu Histórica

15, 16, 21 y 22 de marzo. Se marchará a Plaza de Mayo.

Ante el mantenimiento del techo salarial del 18% y la suspensión de la mesa para dar el pase a planta a los científicos que reincorporamos el año pasado, resolvimos continuar y profundizar el plan de lucha de la docencia universitaria. Vamos al Paro Nacional el 15 y 16 y el 21 y 22 de marzo. Preparamos una marcha nacional educativa a la Plaza de Mayo y en la Conadu Histórica convocamos a congreso con mandato para profundizar el plan de lucha con paros progresivos hasta lograr nuestras reivindicaciones.

El ataque brutal del gobierno de Macri y los gobernadores de la coalición del ajuste tuvo una respuesta acorde el 6, 7 y 8 de marzo: centenares de miles de trabajadoras y trabajadores nos movilizamos.

Los docentes universitarios paramos y nos movilizamos en todo el país junto a más de 70 gremios docentes. Excepto uno, la Conadu K, que no llamó a parar ningún día. Los tres días tuvieron una consigna común en todos las calles: “Paro, paro, paro; paro general” y ahora debemos llevarla a la práctica.

 

Macri-Bullrrich-Barañao y los rectores lo hicieron

En 2016, la inflación le ganó ampliamente a los salarios. A la vez, los $8500 de nuestro cargo testigo está un 40% debajo de la línea de pobreza y es el sueldo más bajo de toda la docencia. El ajuste en la ciencia y la educación recorta el 50% de las becas y los ingresos al Conicet. Se trata de una política de ataque a los trabajadores y a todo el movimiento popular, una política que solo pudo pasar por la complicidad de los rectores de todos los colores y el directorio del Conicet.

 

Orientaciones

Las burocracias sindicales del resto de los gremios docentes que dicen luchar por una paritaria nacional (UDA, la CTERA, la CONADU K, la FEDUN de los rectores) sostienen como orientación las “acciones en cuotas”, sin plantear ninguna estrategia que vaya más allá del latiguillo de una “oferta superadora”.

La Agrupación  Nacional Naranja de Docentes Universitarios e Investigadores  fue, en cambio, un actor vivo en esta rebelión de los trabajadores contra el ajuste. Lo hicimos al terminar en las universidades con la paritaria de 16 meses a junio y así poder unificar nuestra lucha salarial con toda la docencia del país. Lo hicimos al plantear desde hace meses que los sindicatos, congresos y asambleas se pronuncien por  un urgente paro activo nacional y un plan de lucha del conjunto del movimiento obrero. Lo hicimos al ser parte convocante del movimiento de Ni una Menos y del Encuentro Nacional de la Mujer. En definitiva, nuestra agrupación, con este programa,  y como parte de la lucha del clasismo, los sindicatos recuperados y la izquierda, ayudó a preparar las condiciones para que hoy el Plan de Lucha sea una exigencia de toda la docencia universitaria.

Las asambleas de los docentes e investigadores de todo el país deben pronunciarse por un Plan de Lucha ya. Deben repudiar a las burocracias sindicales y exigir al gobierno que se terminen los despidos y suspensiones. Por paritarias libres y cumplimiento de los convenios colectivos. No a la flexibilización laboral. Anulación de los tarifazo. Por un congreso de trabajadores con mandato para poner un plan de lucha en acción hasta derrotar el ajuste.

Estos planteos no caen en el vacío. Al igual que lo que le ocurrió al triunvirato de la CGT el 7 de marzo en el palco de la movilización, la burocracia de la CONADU K tuvo sus propias crisis ante el profundo malestar que anida en los trabajadores: nueve de sus sindicatos de base se sumaron al paro, la presión de los docentes fue incontenible y la decidida intervención de nuestra agrupación Naranja amplió la grieta y llevó, por ejemplo, a que en el bastión “azul” de La Plata el plenario de delegados imponga el paro el 6 y el 7. Ahora se “suben” a los paros del 15 y 16 del 21 y 22 e incluso a la marcha federal.

Estos reacomodamientos refractan las profundas tendencias a la lucha de la docencia.